Villa (57 k.), con 628 hab. y con su iglesia de Santiago, nació y se desarrolló al amparo de Santa María del Templo. Las glorias y desgracias del monasterio y de la villa fueron comunes.
Nada se sabe del origen e historia de uno de los Monasterios que los poderosos templarios contaban en Castilla. En el reinado de Fernando III el Santo, don Gonzalo Núñez de Lara, el único que quedaba de los tres bulliciosos hermanos, se pasó a los moros de Andalucía; y habiendo muerto en Baeza en el año 1322, fue sepultado, según él disponía, en un monasterio de templarios, y éste fue el de Santa María de Ceinos.
Suprimida la orden en el siglo XIV, quedaron aquellas casas como recuerdo nada más de su inmenso poder y de su influencia en la sociedad. Ya en los tiempos modernos, año 1799, el arquitecto Francisco Álvarez Benavides propuso derribar el monasterio para construir con su piedra una artística iglesia parroquial.